Uno de mis core values es ‘aventura’. Y como la verdad la jungla me queda un poco lejos, seguro que está llena de bichos y, posiblemente, sea merendada según ponga un pie de mis recién estrenadas botas Wellington (ir equipada para no mancharte los calcetines es lo primero), decidí que ir a clase de salsa era una experiencia similar solo que cambiando los moscones por city animals, los tigres por la variedad europea de ciudad y sin mojarme (a menos que hubiese goteras).
Tengo que decir que aunque me sentí un poco intimidada cuando vi a las chicas poniéndose zapatos de bailar (para luego descubrir que estaban en el mismo grupo de principiante que yo), respire bastante tranquila cuando quitaron la música y dejamos de hacer una coreografía estilo Zumba que acaba siempre con mis patas como las del pulpo de la Sirenita, es decir, desparramadas por todas partes.
Mi clase de baile (en mi cabeza), la realidad puede ser un poco distinta |
Y aunque el primer minuto sin música implicaba dejar que me cogiese las manos un desconocido (con lo que me cuesta a mi entregárselas a conocidos) y, según testigos presenciales, ese primer momento provoco una cara al más puro estilo gato persa receloso, nariz metida para dentro incluida (la parte de los pelos maravillosos me la salte pero me habría encantado) todo fue bastante bien en cuanto me di cuenta que solo necesitaba contar hasta 7. Y que en lugar de multitasking intentando mover todas esas extremidades, que al principio de la clase eran solo dos piernas y dos brazos pero que cinco minutos más tarde, eran una cantidad parecida a las patas de una araña y toda su camada de crías, era mucho más productivo solo mover los pies.
Y la verdad es que al cabo de una hora, un par de traspiés propios, un par ajenos, un ejercicio concentrado para no morirme de la risa y el descubrimiento de que el profesor calvo anti lujuria era Ken el de Barbie cuando bailaba salí del pub feliz como un regaliz.
¿El secreto? Me habían cogido la punta de los dedos. Hacia taaaannnnto tiempo.....
Y a ti, que actividad te ha hecho volver sonriendo a casa?
Lara Jones