3/3/11

Mama Jones tiene un secreto

Mi madre tiene un secreto. Y lo ha guardado como oro en paño durante años. Cómo posiblemente le parecía excesivo esperar a su lecho de muerte, al más puro estilo madre millonaria de película, aprovechó que yo me había quedado pegada al suelo del baño para confesar.
¿Y cómo me quede pegada? Tras un largo proceso que me llevó no menos de 6 horas pero que finalmente obtuvo resultados equiparables al esfuerzo. Porque no es fácil quedarse pegada con algo que sale por los orificios de vapor de la plancha. Es un poco más difícil incluso que sea el producto de un anti cal. Riza el rizo que para llegar a esa situación yo dejase la plancha atada con el cinturón de mi albornoz para asegurarme de que salía todo el vapor/chocolate. Y es el colmo que en ningún momento del proceso se me ocurriese pensar que el hecho de que estuviese llevando a cabo un proceso tan complicado posiblemente estaba relacionado con que no entendí bien las instrucciones.
El caso es que después de vaciar en forma de vapor 3 tanques de plancha llenos de anti cal y encontrarme en el suelo del baño una especie de caramelo que me recordaba a alguna película en la que se acaba auto-generando un alien / marciano / asesino / polizón (en ningún caso una asistenta, que es lo que yo de verdad necesito) decidí que era un momento estupendo para despotricar del agua dura de Londres (equivalente acuífero de Belén Estaban) comparada con el de Madrid (o Isabel Preysler). En algún momento de mi narración, posiblemente muy cerca de ‘casi muero envenenada’ y ‘si me detienen no me pueden tomar las huellas, me las he quemado todas’ mi madre decidió confesar: Ella también le echaba anti cal a la plancha. ¿Comorrrr?? Y ademas no se sentía amenazada por aliens, no usaba ningún cinturón en el proceso, no tardaba 6 horas y no se hacía a la parrilla ninguna parte de su cuerpo (hasta he recibido una oferta de Burger King porque a la parrilla se mejor).
La plancha: ese potro de tortura

En un momento, lo comprendí todo: las puertas que se oían en mi casa a altas horas, no eran para ir al baño ni los reyes magos entrando con los camellos, era mi madre limpiando a escondidas la plancha. Cuando no sabíamos con quien hablaba por teléfono: era con el club selecto de los anti cales. Cuando no quería que le revolviésemos los armarios de la cocina: era porque al fondo tenia escondidos todos los productos. Y cuando me fui de casa y me dijo ‘que vas a hacer sin mí’: lo decía en serio y con conocimiento de causa.
Y yo me pregunto: ¿cuántos secretos más tendrá?
Lara Jones

2 comentarios:

  1. Ay, es que lo que no sepa una madre!!son un pozo de sabiduría!! me parto con las cosas que te pasan....qué será lo próximo!!

    Besis!!

    www.mimundodecolores.blogs.elle.es

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  2. Hola Lara, yo también me pregunto cuantos secretos más tiene guardado una madre, nos sorprendemos de cosas que saben y lo dicen con tanta naturalidad que parece que no sucebe nada aunque para nosotros sea una revolusión. Un besazo guapa. Muy buen testo.
    Feliz fin de semana.
    http://mary1975.elleblogs.es/

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