Siempre me he preguntado, cuando he dicho ‘No soy una ONG’, qué soy entonces partiendo de un corazón tan noble como el mío, aunque siga escasa de buenos pensamientos (Queridos Reyes Magos: ¿No leísteis mi blog con mi carta para vosotros? ¿O es que con los recortes presupuestarios solo sois dos y no os dio tiempo? Por favor, dadme máxima prioridad, os espero con una tarta de chocolate, una copita de orujo y agua para los camellos. Ademas, vivo en un primero).
Gracias a la alineación de las estrellas y, posiblemente, a alguna huelga encubierta en BT, he descubierto mi verdadera vocación. Y es que no hay nada como quedarse sin Internet. Porque, ¿cómo miro mi cuenta del banco? ¿Cómo me aseguro de la paz mundial sin Facebook? ¿Cómo llamo a mis padres sin Skype? ¿Con un yogur y un hilo? ¿O utilizo una lata de Pringles? O mejor, ¿a gritos? Aunque pensándolo bien, teniendo en cuenta cómo funciona el invento la situación no dista mucho.
Y sobre todo, ¿qué ocurre si hoy es el día en que Prince Charming decide hacer acto de presencia y yo no le puedo responder al correo? Oh My God. Y ¿si es un Prince Charming laboral en forma de súper oferta con fecha de caducidad? Oh My God, Oh My God. ¿Cómo reviso yo ahora los tutoriales en YouTube para rizarse el pelo sin quemarse los pulgares? Al fin y al cabo, la evolución tardo millones de años en dárnoslos y, si yo no mejoro mis habilidades, voy a tardar unos tres minutos en eliminarlos. Oh My God, Oh My God, Oh My God.
Espiritu OMG |
Tengo que decir que en un segundo mi vida pasó por delante: estaba sin amigos (ni Facebook), sin familia (ni Skype), sin dinero (ni Internet Banking), sin Prince Charming (ni Hotmail), sin un trabajo mejor (ni Jobsite), sin rizos ni pulgares (ni YouTube). Oh My God a la sexta potencia.
Y ¿qué podía hacer ante tamaña desgracia? Irme a dormir, no sólo porque el beauty sleep tiene un montón de ventajas notables al día siguiente sino porque esconderme debajo de las sábanas parecía la mejor estrategia para arreglar el router, por mucho que los departamentos técnicos se empeñen en fingir que ellos puede hacerlos funcionar de nuevo con un par de hechizos incomprensibles escritos en una pantalla negra horrorosa que solo ellos soportan. Era un viernes a las 9.30. Oh My God!!!.
Y aquí estoy, al día siguiente de este tsunami en mi vida reportando dos grandes éxitos: Irme a dormir arregló el router y aunque no soy una ONG sí que soy una chica OMG (Oh My God).
Bueno, pues hoy veia asombrada en BBC que en Zambia y unos pueblecitos apenas a llegado internet. Y todos estan descubriendo skype etc... la verdad que pense exactamente lo que has escrito...
ResponderEliminarSigo sin enfrentarme al Virus en mi ordenador personal... pero estoy atterorizada por que al tener que regresar mi laptop del trabajo el Jueves ya me veo sin internet... :(