Si ya
lo dice el refranero español, que mujer previsora vale por dos y que más vale maña
que fuerza, sugiriendo veladamente lo apañadas que somos las mujeres de hoy y
de siempre (casi probablemente más las de siempre que las de hoy). Y paseándome
por el supermercado, porque en la calle hace un frio que pela, en particular en
la sección de hilos y agujas, encontrar los mini velcros para coger pantalones
me ha hecho darme cuenta de todos aquellos trucos, algunos un poco disparatados
que TODAS y cuando digo TODAS, me refiero a TODAS con muy raras excepciones,
usamos como remedios de último minuto. A saber:
§ Puntadas para cosernos el
sujetador al vestido. Que suena un poco al anti-cristo, porque como sales tu
del vestido si el suje esta cosido? Pues en un momento de lujuria, que evitaras
a toda costa para evitarte el momento braga-faja de Bridget Jones en su versión
nunca falta un roto para un descosido, bastante rápido y con bastantes jirones.
En un momento tranquilo con mucho esfuerzo y mucho cuidado de no cortarte con
las tijeras. Pero el punto aquí es que muchos vestidos no sientan porque se ve
el sujetador, intentas un imperdible, dos, tres, pero o acabas con los dedos
como un colador, o el imperdible se ve a kilómetros de distancia y sin faro
alumbrador. Damos el vestido a la iglesia? No por Dios, nos lo cosemos!
§ Tangas por encima de los
leotardos, que no son un síntoma de demencia senil, sino de que se te caen las
medias o los pantuflos de lana. Y es que, en un momento de deslizamiento no
propicio, te pones ropa interior por
encima (manteniendo también la de debajo, que hay muchos catarros culeros esta
temporada) y se fini! Ahora, si en el caso anterior un momento de lujuria acaba
con desgarrones pero sin víctimas, en este caso, casi que mejor no utilizarlo
si hay posibilidades erótico festivas porque se esfumaran al primer impacto
(literalmente).
§ La triple capa por debajo del
vestido ultra glamouroso. Y es que aunque las modelos en la tele no tengan frio
(que te paguen por lucirte ayuda mucho) y las inglesas tampoco, el resto en
invierno y con vestidos ultra glamourosos tendemos a coger catarro. Asi que
nada como ponerse un par de capitas por debajo. Las normas evidentemente son:
evitar las camisetas interiores de Cuéntame llenas de encaje que llevaba mi
madre en los 80, ni parecía que dieran calor ni que mantuvieran la dignidad;
que el color sea aproximadamente el mismo que el vestido. La ropa interior
blanca de algodón asomando siempre recuerda al anuncio de calzoncillos de Ferrys,
que como todo el mundo sabe, siempre ha controlado mejor la natalidad que la píldora.
§ Los rellenos en los zapatos. Porque
si los hombres piensan que el hogar natural de los rellenos es el sujetador o
los labios, yo tengo que decir que conozco a muchas más que no pueden
resistirse a unos zapatos en rebajas y se los llevan aunque sea una talla mas
grande. Manual de uso: relleno y más relleno. Para las altas, evidentemente, lo
de encoger los dedillos por comprarse una talla menos solo acaba en tragedia:
dedos de martillo.
§ Y aunque este muy feo y no se
deba hacer, no será ni la primera vez ni la ultima que destruyes tu último par
de medias vistiéndote y en lugar de cambiarte entera, te pones las medias de
forma que el agujero quede en la planta de pie y listo. Super importante: no ir
a aeropuertos, que el momento Guate, aquí hay tomate no te lo quita nadie.
§ Y ni que decir tiene, que el
sujetador, en especial los deportivos, son super prácticos para llevar el móvil
en el canalillo (y rezar mientras para que no suene) o el iPod, siempre y
cuando el ejercicio sea moderado porque si no aquello termina como una charca o
incluso los 20 euros de emergencia cuando se sale con amistades peligrosas.
§ Y para terminar, los pañuelos esconden
divinamente los granitos y los no granitos en el cuello; los sombreros esconden
los pelos de gaviota estilo Amy pero con dueñas no drogadictas; los pantalones
los moratones como el que yo me hice resbalándome con mis Oxford de leopardo
hace dos semanas en mitad de la calle (de verdad que admiro a las que les da vergüenza
caerse, yo lo único que pense en era en lo dura que estaba la acera) y los
leotardos parece que disimulan las depilaciones olvidadas. Las rubias mejor nos
abstenemos, porque nuestros pelos son como Gusiluz, brillan en la oscuridad y
encima sin pilas.
Se me
ha pasado algún truco critico?
Lara
Jones
Rubia Jones?!! eso no lo sabía! :)
ResponderEliminarTus truquis amiga blogera son mis truquis y como dices los de todas!! La últma boda llevaba cosido el top literalmente al sujetador, ni una puntada ni dos, todo entero! mi madre es muy heavy!
Todos los otros reales como la vida misma, el de esconder el tomate de la media es tan tan típico! tengo un problema deduno, los dedos gordos me miran hacia arriba y ya puedo limar las unas, rebajarlas, cortarlas... se me rompen todos los calcetines / medias! y el otro día en el aeropuerto me hicieron descalzarme, no te cuento más, sudores fríos!
Ahora el del tanga encima de las medias, ese ya mismo lo pruebo... porque parezco nosequéeee subiéndome las medias cada 15 minutos, no queda bien, mucho mejor tu opción!! jejeje!
Con respecto al pelo, alucinando Mir y yo... pensábamos que cerca de un río, con lluvia ahora si luego también, sería tipo Jackson Five y no... increíble pero cierto, quiero vivir en París!!! eso o la mascarilla cutre que compramos ahí... =)
Besos guapa!
Pero es que eres la re-pera! Me siento muy identificada con el momentazo "vuelta de media 180º" para esconder los tomates juas juas Otro truquillo más viejo que la quina es el de la faja. Sí señores y señoras, las fajas, para las que nos sobran unos kilitos, es el truco por antonomasia. Y desde que han salido al mercado las medias moldeadoras de molletes... soy feliz!
ResponderEliminarSi es que tod@s somos humanos, oiga usted...
http://www.humordemoda.blogspot.com
Jajajajaja creo que he caído en casi todos! El de vuelta de media lo hice AYER mismo.
ResponderEliminar¡Un beso!
Carmen de Punta y Tacón.
Yo el del tanga o bragas por encima de la media si lo he usado, el de las medias para ocultar que no tengo ganas de depilarme pues también. El que no conocía era el de coser el vestido al sujetador y el de rellenar los zapatos, siempre los compro en mi talla.
ResponderEliminarEres genial!!
ResponderEliminarLos reconozco y los confieso todos excepto el del relleno de los zapatos, pero cuando en dos meses llegue el momento rebajas, puede que mire unos zapatos del cuarenta con otros ojos...