Lo bueno de que la familia Jones este en Londres no es solo que me trajesen un roscón (ya me veía yo buscando en YouTube el video de Arguinano y esperando 5 horas a que la masa repose), es que me trajeron todas esas perlas Jones que hacen que hablemos de LA FAMILIA y que se esté en casa y con ellos como en ningún sitio:
v El momento de abrir las maletas y colocar la ropa en los armarios se extendió un total de 4 horas: 1 angustioso minuto en los que los 3 visitantes Jones se miraron y se preguntaron varias veces quien 1. Robo los candados del diario de cuando éramos pequeñas y 2. Y más importante, quien tenía las llaves. La respuesta: un tal Sr. García que es a quien pertenecía en realidad la maleta. Asi que las 3 horas y 59 minutos siguientes fueron para llamar al aeropuerto, confirmar que su maleta seguía allí, ir a buscarla, esperar, traumatizar a mi padre y dar a luz al siguiente punto.
v Primer comentario de mi padre sobre Inglaterra: ‘Que gente más fea’. Y es que si hay una canción que dice que ve gente guapa por todas partes, el cantante debe de estar en el hemisferio opuesto a mi padre.
v Mi hermana es posiblemente la persona más eficiente del país: coloca su ropa interior en el bolsillo exterior de la maleta (la cara de susto por si el Sr. García había abierto el bolsillo y encontrado el tesoro era para hacerle una foto) para ahuyentar a posibles ladrones, omitiendo la posibilidad de que sea ella la que en realidad coja la maleta de otro por error, por supuesto. Y le da el toque exótico al cacheo del detector de metales poniéndose dos sujetadores. ¿Qué pensaría el policía que le cacheo?
v A 5 días de su llegada, puedo confirmar que el número de víctimas asciende a 4 vasos y una copa. En 10 días mas y le tendremos que pedir al gatito Jones que comparta con nosotros su bol del agua.
v El primer día de rebajas se vio truncado por unas lentejas. Más concretamente por la idea de mi madre de dejarlas al fuego al mínimo mientras íbamos de compras. ¿Resultado? Allá como 1.5 horas después de salir de casa mi Mama Jones comienza su estrategia de guerrilla para convencernos de volver a casa. 30 minutos más tarde se hace evidente: o volvemos o probablemente tengamos lentejas en salsa de cocina chamuscada para comer.
v La hermanísima Jones es incompatible con mi salud mental: por alguna extraña alineación de los astros, acabo pintando mi baño de azul cuando debía ser blanco. Y es que ella también debió de leer el libro ‘why men prefer bitches’ y se aferro al capitulo ‘Dumb like a fox’ como a un clavo ardiendo: si no te gusta hacer algo, hazlo mal. Yo desde luego no le vuelvo a pedir que pinte nada que sea más grande que la superficie de mis unas.
Asi que como Dorothy la del Mago de Oz, yo repito ‘No hay nada como el hogar’. Por muchas maletas perdidas, vasos rotos y desastres varios, cualquier día de estos hasta encuentro el sendero de baldosas amarillas! ¿Me llevara a España o me dejara en Londres?
Felices fiestas!
Lara Jones