Reconozco que de Caperucita Roja, desde pequeña, lo único que me gustaba era la capa roja y la cestita (hasta que me di cuenta de que Caperucita no tenía coche e iba deslomada por el bosque con una cesta inmanejable que probablemente pesaba como un plomo). Mientras la abuelita ligaba en el hogar del pensionista y la mamá leía con devoción el Hola y veía a Ana Rosa Quintana, ella, bosque arriba, bosque abajo, con un chaleco reflectante rojo, no sea que el lobo se entretuviese echando mantequilla al pan de sándwich en el que se la iba a merendar y no la localizase fácilmente después.
Pero todo cambio cuando vi la critica nefasta de la película Caperucita Roja. Y es que no hay nada como poner las palabras ‘historia de amor’ y ‘final predecible’ en la misma frase para que la ñoña que hay en mi empiece a ronronear: por fin un final potencialmente feliz! Con las horas de lobby que yo paso conmigo misma pensando en la categorización de las películas por edades y nivel de depresión del final.
Así que rauda y veloz, llegue al cine pare encontrarme solo buenas señales: los únicos hombres que había o eran gays o estaban ensimismados con su iPhone viendo las noticias de la guerra de Libia, los resultados del partido de ayer o a las mama chichos 20 años después; las chicas que había ni pestañeaban y, lo mejor, una super fan le había robado los lazos del pelo a su hermana pequeña y, ahí estaba, con coleta estilo Grease llena de lazos rojos haciendo averiguaciones de última hora sobre dónde comprar una capa a juego (porque Zara de momento no ha copiado el estilismo, pero queda menos). Definitivamente estaba en el lugar adecuado.
Nada como una capa roja con bolso a juego |
Y que tal me fue? Pues divinamente: se me paso el trauma de mis botas de nieve Wellington después de ver los pantuflos que llevaba caperucita; tuve un catarro psicológico cuando vi a todo el casting entre nieve en manga corta y sin bufanda (si es que soy más blandita); me encantó el drama de matrimonio concertado / madre infiel (pero que vidas más interesantes tienen algunas familias, por Dios, y todo esto hechos unos zorros, con ropa de limpieza dudosa); me enamoré del chico malo (para variar) y hasta me dio tiempo a hacer la lista de la compra (que no se me olvide la leche de soja, por favor).
Así pues, ha llegado el momento de confirmar al mundo mi reconciliación con Caperucita! Ha bastado poner un galán en el cuento, un matrimonio concertado, un amor imposible, una madre infiel con mechas perfectas (sin las mechas la peli pierde puntos), un lobo misterioso, unos pololos siglo XV, el asesinato de media aldea, un mata-brujas salido del tribunal de la inquisición, un par de negros de dos metros (que yo me pregunto cómo llegaron de África a ese bosque con un perfecto acento estándar del telediario de la 5), un cura salido de Cuéntame y unas tomas panorámicas que solo los americanos saben hacer porque su think big es aplicable a todo para dar carpetazo a anos de desencuentros con la historia.
Si es que soy super fácil de complacer…
Alguien más ha visto la peli?
Lara Jones
Hola Lara, guau hoy te has lucido vaya crónica más interesante cual libro me leo, con total tranquilidad me haces transportarme de un momento a otro de la niñez y la madurez con la nueva época,
ResponderEliminarTengo que ver la pelicula sin pensar en las críticas que se han llevado.
Un besazo mi reina.
Espero estés bien, disfrutando espero de unos rayos de sol.
http://mary1975.blogs.elle.es/
guapa
Pues yo no la he visto, pero para pasar una tarde ñoña parece muy apetecible, me la apunto!!
ResponderEliminarGenial tu crónica!!
Besis!!
www.mimundodecolores.blogs.elle.es
Hola Lara me he pasado para desearte buenas noches y feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn besazo bien grande guapa.
http://mary1975.blogs.elle.es/
PD: tús post son fantásticos.