Últimamente mis mayores momentos de felicidad provienen de soluciones simples a la aplicación de los métodos de auto humillación compleja que yo pruebo rigurosamente de uno en uno.
Yo pensaba que mi momento más feliz de hoy era haber encontrado una botas Wellington (verdes de jardinero para el común de los mortales, Hunter para los seguidores de una drogadicta millonaria llamada Kate Moss) muy a pesar de que la nieve ya se está derritiendo y solo sirven para mantenerlas en el armario hasta el próximo desbarajuste meteorológico en el que volveré a hacer gala de mi valor y priorizar conservar mi dentadura sobre cualquier otro tipo de actividad incluyendo ir al trabajo.
Pero no, mi momento más feliz ha estado relacionado con una alcantarilla. ¿Puede una alcantarilla hacerte feliz? Si, sobre todo cuando un buen feligres la levanta, después de ponerse de barro hasta el bigote Movember (del mes de cáncer de próstata) para recuperar esas llaves de mi coche que tan estilosamente decidieron mostrarme que se habían puesto a dieta pasando por la mini rejilla de la alcantarilla perfectamente de lado (Murphy y su tostada son circunstanciales, mi llavero tiene dos lados y cayo de canto).
Tengo que decir que las alcantarillas estimulan más la felicidad cuantas más horas pasas a su alrededor y que mi subidon de endorfinas, adrenalina o algo acabado en ‘ina’ que me hizo volver a casa como la protagonista de una película romántica en al que acaba de conocer al hombre de su vida que ademas tiene cara de modelo de maquinillas de afeitar y abdominales de tableta de Cadbury, se vio claramente impulsado por las 3 horas en las que intente rescatar las llaves con la mano, con el palo de una escoba, pidiendo ayuda a la policía (mis técnicas de auto humillación cada vez se están volviendo más refinadas, a las pruebas me remito), visitando una tienda de herramientas y una de pakistaníes que son tan apañados como los chinos en España pero además hablan ingles o al menos lo intentan.
Efecto Spa de mi encuentro con la alcantarilla |
Así que aquí estoy, con la satisfacción de haber conocido al hombre de mi vida pero sin él; con dos sets de llaves de coche, pero sin saber si uno funciona; con un alambre desatasca tuberías que usamos para embadurnarnos de barro y, secundariamente, ayudarnos a levantar la alcantarilla; el deshielo casi completado y una sonrisa en la cara de actriz de cine. ¿Quién necesita acido hialuronico con esta cura anti radicales libres llegada del subsuelo vía alcantarilla?
Hola Lara que buena crónica y que sarcasmo pones cuando escribes de verdad me gusta y que decir tiene que te entiendo perfectamente lo que dices yo fuí un día a tirar la basura y tiré las llaves con tan mala suerte y con los bidones de hierro que han colocado no podía hacer uso de ninguna herramienta cuando llame a la polícia local, me dijeron que ello me la abrian pero que no se metian dendro imaginate mi trauma ese día jje je. Un besazo.
ResponderEliminarhttp://mary1975.elleblogs.es/
guapa
Hija! lo que no te pase a ti...me parto!!
ResponderEliminarBesis!!
www.mimundodecolores.blogs.elle.es