11/12/12

El cumple de la hermanisima

Esta semana es el cumpleaños de la hermanísima, ese ser humano que provoco que mi primera pregunta cuando vi que ‘aquello’ era la hermanita para jugar que yo había encargado a mis padres fuese ‘y eso es lo que nos tenemos que llevar a casa?’. Y es que, con algo menos de 6 años, di en el clavo en los 30 primeros segundos de conocimiento. Ya lo dicen los estudios científicos: las primeras impresiones tardan milisegundos en formarse y algunos segundos más en articularse en palabras.
El caso es que incluso si omitimos los gatos acusados de comerse las chuches, las embestidas en el estomago con la cabeza (como los toros pero gracias a Dios sin cuernos), las carreras con una pierna en cada pared del pasillo (en plan Spider Man), los gatos con el pelo teñido de rubio platino, los destrozos de mobiliario y enseres personales míos fruto de una rabieta de la hermanísima y los cuantiosos daños psicológicos, todavía me queda una larga lista de efectos secundarios de tener una hermanísima en mi vida que compartir con el personal. Porque 26 años después todavía:
·        Tengo prohibido estornudar, toser o sonarme la nariz. Y es que la hermanísima aplica tolerancia cero a cualquier función vital que incluya fluidos así que básicamente, a la invitación de mudarme al trastero durante los catarros para asegurar una buena cuarentena hay que sumar la prohibición de besos, estornudos espontáneos (sin catarro mediante), negación del uso del baño para ninguna actividad mas allá de retocarse el maquillaje y un largo etcétera que me será recordado según aterrice para Navidad.
·        Soy como Tristón a la puerta del baño, solo que yo no quiero un amiguito si no entrar en general. Y es que los retoques de maquillajes se convierten en horas que serian días si se instalase una cama en el baño.
·        Hace chequeos extra de calidad a los regalos de cumpleaños y navidad. No a lo que yo le regalo a ella sino a lo que ella me regala a mí. Y por supuesto, los chequeos siempre son pre-regalo y mediante uso normal. Lo que se dice recibir regalos de segunda mano.
·        Me dice cosas como ‘ese chico te va perfecto con tu outfit’. Criaturitas, si supieran que esto es lo mas romántico que jamás sacaran de ella.
·        Me estresa con su conocimiento: que si los Oxford de leopardo son last season, que si el gris no es el nuevo negro, sino que lo era hace 3 años. Todo esto lo ponen en el BOE o de dónde saca ella toda esa información?
·        Me martiriza con técnicas de delegación sutiles. Algo así como ‘anda, que era el cumpleaños de mama hace dos meses y no le hemos comprado regalo? Igual le podemos comprar un bolso de ‘Perico el de los Palotes’ en amarillo fosforito que esta súper in’. Y claro, como vas a dejar tu que tu madre, que piensa que la vida útil de un bolso es 5 años (comparado con los 6 meses de mi hermana) se pasee, primero con un bolso amarillo fosforito y segundo, pasado de moda durante 4 temporadas lo que te da 5 años de ridículo a los ojos de los no entendidos en moda y 4 para los entendidos. ‘Anda, deja que ya le compro yo un Kindle…’ ‘Un Kinder?? Con sorpresa???’ Y ahí, directamente cuelgo y ejecuto la compra del Kindle antes de que acabemos con una caja de 100 huevos de chocolate.
·        Genera estreñimiento entre el personal: en el intestino de mi gato que no es muy tolerante a ser pintado con pintalabios; en los hombres cuando les explica que los pelos en el pecho son totalmente inaceptable mientras los señala asomando por los botones en la camisa y en las caras del resto cuando nos explica los motivos fashionistas para no tener hijos y sus efectos secundarios sobre la salud de tu imagen.
Pero tengo que reconocer que a pesar de las peleas de velocirraptor que todavía tenemos en casa, la cantidad de veces que he recibido una cara de ‘ah, que tenía que haber pasado la revisión del coche hace 50,000 km, pero que coche es este que necesita revisiones?’, las veces que me ha preparado el hatillo para que pase la noche en la privacidad del trastero con mis virus y mis visitas al veterinario para resolver los efectos secundarios de sus visitas a mi casa, todavía voy y la quiero e incluso le tengo preparado un súper regalo!
Lara Jones
P.S. Mil perdones por no publicar la semana pasada. La semana empezó mal, fue a peor y aquí estamos intentando sobrevivir.

2 comentarios:

  1. Jajaja, casi casi nos la pintas como la de "Cómo perder un chico en 10 días". Pero sí, yo también tengo una hermanísima, y pese a todo... hermanas son :)
    ¡Un beso!
    Carmen de Punta y Tacón.

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  2. Pues yo debo ser la hermanísima!! jajaja!!
    si, soy la pequeña... de tres!! aunque con Mir que es la mayor solo me llevo 3 años, mis padres fueron rápidos y lo demás son tonterías!!
    Pero y lo que nos queréis?? Mir tiembla cuando llego a su casa y abro el armario... tendrías que verlo, todo tan ordenado!!! es increíble y ahí voy yo a desordenar y robar ropa!! =)
    Aix, qué haríamos sin las hermanas mayores!!
    por cierto, he estado echando cálculos, somos de la misma quinta!! de los buenos vaya!! jajaja!
    Besos guapa, me voy a leer el post nuevo, que mi semana mala, también tela... con decirte que ni martes dulces ni nada de nada, solo showrooms... pero felices, eh? =)

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