Los sábados son el día más peligroso de la
semana. No solo porque te pasas 5 días fantaseando para aterrizar en la cruda
realidad de que está lloviendo otra vez, sino porque a veces la vida se vuelve
extremadamente dura y pasas de una existencia apacible a rozar la criminalidad
y poner tu salud mental en peligro.
Mi sábado empezó haciéndome creer que había nacido
con una flor en el culo: nada más y nada menos que el tren que me llevaría a
recoger el coche del taller estaba ya en el andén cuando yo aparecí sin horario
ni calendario. La cosa se torció como 15 minutos después cuando ya subida en el
tranvía aparecieron los revisores. Y es que, en mitad de la carrera por la estación
para coger el tranvía que ya estaba ahí también esperando, se me olvido picar
el billete. Sintiéndome toda una ‘crimínala’ y teniendo la máxima suerte que un
ser humano puede tener en un día, me baje en la siguiente estación justo antes
de que empezasen a revisar mi zona. Como una es una ‘criminala’ de relumbrón,
evidentemente no me di cuenta de que se bajaron los 3 revisores en mi estación (demasiadas
variables que controlar, la mayoría de ellas relacionadas con estrés situacional
y sentirme la peor persona del mundo). Asi que para las 9.30 de la mañana había
ya cruzado el umbral de la legalidad y pagado mi imprudencia con media hora
bajo la lluvia en una de esas zonas donde no te gustaría perderte y sobre todo
no te gustaría que te encontrasen.
Una vez superado el momento ‘igual acabo en
el cuartelillo’, todo parecía marchar sobre ruedas (literalmente). Conduje
hasta el super, puse las bolsas en el maletero y sorpresa!! No cierra. No
cierra a la una, no cierra a las dos, no cierra a las tres… no cierra a las
cien… Pues nada, haremos como si no pasase nada y conducir al taller con el
maletero lleno de botellas de agua de sabores y llamar a tu amiga por el camino
para decirle que no llegare a mi propia comida fuera lo más normal para el sábado
por la mañana. Olvidados están mis
apacibles sábados dándolo todo en la bici de spinning.
Dos horas después, con una cerradura nueva,
esta vez sin dos libros de lluvia acumulados en el cierre centralizado, y dos capuchinos
después a cuenta de Smart llegue a casa para recordar que me tocaba café. En
mitad de un momento total de inconsciencia, decidí que definitivamente mi fantástico
día indicaba que cualquier tarta que hornease iba a ser definitivamente un éxito
(al más puro estilo del resto de mi día, debería haber pensado si hubiera
tenido un poco de sentido común). Asi que me lance a hacer muffins de plátano. Buena,
buena, lo que se dice buena pinta no tenían ni recién horneados. Ahora lo peor
fue cuando mi amigo se lo llevo a la boca. Pero que invento era este? Estaban
sin cocer… La criaturita, como buen británico,
hizo todo el ademan del mundo de comérselo sin rechistar. Pobre… Le corte el
pasodoble y le obligue a comerse la tarta industrial que él había comprado, que
por mucha grasa saturada que tuviese, definitivamente había sido horneada.
Asi que a eso de las 8, con unas 2.000 calorías
de tarta de chocolate, absolutamente necesarias para mi recuperación psicológica,
me despanzurre en mis sofá a ver Crepúsculo y fantasear con vampiros. No solo
porque los actores son monísimos sino porque me encantaría que alguien me
transportase cargada en la espalda y no tuviera ninguna tentación de probar mis
muffins.
Alguien con un mal finde con ganas de acompañarme
en el sentimiento?
Lara Jones
Venga va, el sábado no pudo ser tan malo si acabó con una peli de Crepúsculo... un beso!
ResponderEliminarAy ay.... si es que lo que empieza mal, es como esos días que te levantas de la cama y ya te das un guarrazo! tipo: con la cabeza en la mesita de noche, o un golpe en el pie (es de los peores dolores, te entran una mala ostia que pa qué)y dices... ya está, mi día a tomar viento, todooooo saldrá mal!!!
ResponderEliminarLo de los muffins nos ha pasado a todos Lara. Es que tema horno es un fastidio. No es culpa tuya, es el horno! ;)
Por cierto, cómo me gusta Crepúsculo y todas las pelis que la siguen! ;)
Un besazo guapa, sábado sabadete y no hace falta que te diga lo que sigue... y si es así, genial sábado! jejeje!
Hola Lara preciosa muy buenos días, me imagino como tuvo que ser ya que la crónica me la he guardado en el móvil eres un crack te lo juro no veas como me levantas el ánimo leyéndote.
ResponderEliminarYa que yo tengo muchos días así pero luego durante el día y hasta que este termina va cambiando cielo. Mucha fuerza y un recordatorio de que tienes una visita que hacer a las islas.
Un besazo fuerte.
http://mary1975.blogs.elle.es/
Acabo de descubrir el blog y me encanta. El mio es muy parecido al tuyo, visitalo: perritafaldera.wordpress.com
ResponderEliminarjajaja pero que fuerta que eres! Pensaba que era de las pocas personas freaks que le pasaban millones de cosas freaks, pero veo que no soy la única. ¿Después de sacar el coche del taller no te cierra el maletero? Ya te imagino en el parking del Tesco, bajo la lluvia, con el pelo lleno de puding y topping de chocolate jeje El Pastel seguro que te quedó delicioso: no haya nada mejor hecho con amor para ver la saga Twilight. Amen! jeje
ResponderEliminarhttp://www.humordemoda.blospot.com