Deberes de guardería
Madre mía, madre
mía. Que tenemos deberes los padres de guardería y a montones. El lunes pasado
teníamos que llevar un chubasquero, botas y paraguas; este lunes, hemos
entregado un collage de la familia y el lunes que viene tenemos un eco-adorno
de Halloween. Y te preguntarás, porque espero que te lo preguntes porque yo he
tenido que preguntar a Google: ¿Qué es un eco-adorno? Pues un adorno de
Halloween hecha por la mamá y potencialmente destruido por la hija de dos años,
utilizando materiales que se hubieran ido a la bolsa de reciclaje.
Volviendo al tema
de mis deberes, eco-adornos aparte, tengo más deadlines de deberes de guardería
que de trabajo. ¿Pensábamos que nos iban a perdonar los deberes para darnos
tiempo a lavar y planchar diariamente el baby y la ropa y desinfectar el resto
de los efectos? Ay, pobres incautos… Lo único que hemos ganado con la pandemia
es que como con mascarilla todos parecemos iguales y tenemos que guardar la
distancia, no hay grupo de Whatsapp, porque si empezamos a meter gente, nunca
sabremos no ya, si son padres de los niños de la clase, sino si son padres en
general.
El caso es que, a
mí, los deberes de corta y colorea me ponen nerviosa. No me gustó nada mi época
de guardería: recuerdo mariposas mal cortadas, dibujos desastrosos y notas no
muy buenas porque nadie me avisó que tenía que saberme mi dirección para un
examen que tampoco sabía que iba a ocurrir con 3 años. Fue el principio de mi responsabilidad
escolar excesiva: juré, como Escalata O’Hara, que no volvería a sacar una mala
nota. Bueno, pues ahora que soy madre que he aprobado todo lo aprobable, el
miedo a suspender se apodera de nuevo de mí. Con el añadido que ahora la que
queda en evidencia es mi hija: ¿Y si soy la única madre a la que se le olvida
una deadline? Eso no puede ocurrir, así que me puse 5 alarmas. ¿Y si soy la única
que no sabe hacer eco-adornos? Tampoco puede ocurrir, así que le pregunté a Youtube
y he llegado a la conclusión de que la clase entera estará llena de murciélagos
hechos con hueveras. Uno será mío, el resto de los padres que vivan con el
mismo pánico que yo. ¿Y si en lugar de un eco-adorno acaba con una hoja Excel impresa?
Eso está dentro de lo posible. Un error lo puede tener cualquiera y yo con
tantos deberes igual me lio y envío el eco-adorno a mi jefe y la hoja Excel a
la profesora de la niña.
Y ahora, me voy a
poner a planificar mi siguiente deadline, que luego se me echa el tiempo
encima.
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