19/10/20

 Deberes de guardería

Madre mía, madre mía. Que tenemos deberes los padres de guardería y a montones. El lunes pasado teníamos que llevar un chubasquero, botas y paraguas; este lunes, hemos entregado un collage de la familia y el lunes que viene tenemos un eco-adorno de Halloween. Y te preguntarás, porque espero que te lo preguntes porque yo he tenido que preguntar a Google: ¿Qué es un eco-adorno? Pues un adorno de Halloween hecha por la mamá y potencialmente destruido por la hija de dos años, utilizando materiales que se hubieran ido a la bolsa de reciclaje.

Volviendo al tema de mis deberes, eco-adornos aparte, tengo más deadlines de deberes de guardería que de trabajo. ¿Pensábamos que nos iban a perdonar los deberes para darnos tiempo a lavar y planchar diariamente el baby y la ropa y desinfectar el resto de los efectos? Ay, pobres incautos… Lo único que hemos ganado con la pandemia es que como con mascarilla todos parecemos iguales y tenemos que guardar la distancia, no hay grupo de Whatsapp, porque si empezamos a meter gente, nunca sabremos no ya, si son padres de los niños de la clase, sino si son padres en general.

El caso es que, a mí, los deberes de corta y colorea me ponen nerviosa. No me gustó nada mi época de guardería: recuerdo mariposas mal cortadas, dibujos desastrosos y notas no muy buenas porque nadie me avisó que tenía que saberme mi dirección para un examen que tampoco sabía que iba a ocurrir con 3 años. Fue el principio de mi responsabilidad escolar excesiva: juré, como Escalata O’Hara, que no volvería a sacar una mala nota. Bueno, pues ahora que soy madre que he aprobado todo lo aprobable, el miedo a suspender se apodera de nuevo de mí. Con el añadido que ahora la que queda en evidencia es mi hija: ¿Y si soy la única madre a la que se le olvida una deadline? Eso no puede ocurrir, así que me puse 5 alarmas. ¿Y si soy la única que no sabe hacer eco-adornos? Tampoco puede ocurrir, así que le pregunté a Youtube y he llegado a la conclusión de que la clase entera estará llena de murciélagos hechos con hueveras. Uno será mío, el resto de los padres que vivan con el mismo pánico que yo. ¿Y si en lugar de un eco-adorno acaba con una hoja Excel impresa? Eso está dentro de lo posible. Un error lo puede tener cualquiera y yo con tantos deberes igual me lio y envío el eco-adorno a mi jefe y la hoja Excel a la profesora de la niña.

Y ahora, me voy a poner a planificar mi siguiente deadline, que luego se me echa el tiempo encima.

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