Mi intuicion femenina y un amplio
revuelo en Facebook, Interviu y posiblemente algun blog mas que aun esta por
descubrir, me dice que el colegio en el que estudie esta a punto de cerrar.
En un momento de nostalgia
contenida (o mejor, no contenida en absoluto) me pase por la pagina web, para
encontarme un monton de fotos de pizarras electronicas mientras mi mente
flirteaba con las rayas de la camiseta de deporte de los 80, el chandal del
uniforme de tactel de los 90 y un monton de recuerdos educativos mas que intuyo
que no concuerdan exactamente con lo que los profesores se esmeraban en enseniarnos.
A saber:
·
Las clases de quimicas, que aparte de un monton
de conocimientos sobre moleculas de oxigeno, hidrogeno, carbon y el resto de la
tabla periodica viviendo la vida loca, se resumian en hacer la competencia a
las avestruces de la forma mas atroz: ‘A ver, problema 1, quien quiere salir a
la pizarra?’, y, de repente, todo el mundo tenia la urgencia de atarse los
cordones, tirar y recoger el lapiz del suelo o de atusarse las plumas. La cosa
llegaba hasta el punto de que yo hacia los deberes y estrategicamente estiraba
el cuello como las jirafas para salir a la pizarra en el problema que sabia que
estaba bien para evitarme contar los baldosines del suelo el resto de la clase.
·
Las clases de historia, que me dejaron pasmada
con una sola frase: ‘la gente se mueve por el estomago’. Y ahi me di cuenta de
una gran verdad: si sigues a un filete, puedes escribir la historia. Porque si
hay filete, tienes paz. Si no hay filete, guerra. Si el que reparte el filete
se queda con el trozo mas grande, adios al sistema feudal. Y si te das el
filete… eso es otra asignatura…
·
Las de musica, que se repartian en las
soporiferas clases de historia de la musica y las clases de musica, musica. Ahora
que el delito ha prescrito, dire que en mis clases de historia reales habia
casi tantos filetes como chuletas en las de historia de la musica. Y mira que
yo soy muy practica y siempre decidi estudiar, porque tardaba menos en aprenderme
la leccion que en adquirir la destreza requerida para hacerte chuletas tatuando
el boli, pegandotelas en la manga o sacando el estuche de lapices carcomidos.
Pero los examenes de musica… digamos que alguna vez acabe jugando a las
avestruces con mi compi de pupitre porque nuestra inexperiencia en el mundo de
las chuletas acabo en busqueda desesperada por los suelos. Y de las de musica
real, solo decir que me acuerdo mucho del ‘tu-tu-tu’ de la flauta y del goteron
de saliva que seguia a muchos de estos musicos amateur.
·
Las clases de filosofia, con esos grandes
pensadores y esa mini-profesora que tenia un halo magico alrededor. Siempre
pense que si le poniamos alas se convertiria en Campanilla.
·
Las clases de biologia, que deberian haber
empezado en lugar de con el aparato digestido de los rumiantes y sus
digestiones rozando la bulimia, con el hecho que mas me intereso en esos largos
anios de clases y que solo descubri en el ultimo anio antes de la Universidad:
las moleculas de colageno no pueden atravesar los poros de la piel, son
demasiado grandes!!! Si hubieramos empezado por ahi y no por la fotosintesis,
seria ahora misma doctora en el tema. Como empezamos al reves, estudie
ingenieria.
·
Las clases de lengua, de las que siempre quise excluir todo el
contenido que incluyese las palabras ‘sujeto’, ‘predicado’ y ‘complementos’
(hay alguien que pueda decir con el corazon en la mano que le gustaba en analisis
sintactico?) y a las que siempre agradecere que nos enseniasen a conjugar
verbos, sobre todo el imperativo, primero, para que no pareciesemos unos
catetos y, segundo, para que identificasemos a los catetos y no nos casasemos
con ellos.
·
El comedor del colegio, gracias al cual como
lentejas incluso si no estan hechas por mi madre; no mezclo jamas las patatas
con el filete (un filete diferente al de las clases de historia); no como pan
(porque si te lo comias, no te terminabas la comida y no habia patio) y lo que
es peor, me paso la vida echando de menos sus albondigas. Alguien tiene la
receta?
Y, por supuesto, un monton de
asignaturas mas; el almacen, donde comprabamos los cuadernos, los libros y el
Tipex (los ninios de ahora con el iPad se van a perder uno de los grandes placers
de la vida; los autobuses del cole y los capones que nos llevabamos por ir de
pie, pegandonos, haciendo ruido o una
mezcla de las tres; la megafonia llamando a recepcion a los que se portaban
visiblemente mal o se daban el filete; la megafonia llamando a lo que vendria a
ser ahora el Facility Manager o lo que antes era el chapuzas para arreglar los
desperfectos que con tanto carinio causabamos; las clases de natacion en las
que habia una incidencia inusualmente alta de ninias con periodos de mas de
treinta dias; los setos del jardin que al parecer escondian un monton de
secretos (de los que yo me entere anios despues porque yo andaba en la parra hacienda
mis deberes de quimica para salir a la pizarra cuando a mi me venia bien); las
bellotas de los arboles y esos gusanos blancos tan bonitos que vivian en ellas y,
para terminar, los profesores que tenian mas paciencia que el santo Job y se
vengaban con pequenios placeres como hacer rutas en coche en los alrededores
del colegio para llamar a los papas de las criaturitas que decidieron que estaban
en su dia de suerte y no les iban a pillar haciendo novillos.
Lara
Jones
PS1 – Para la tranquilidad de los
profesores, durante las clases no solo me dedique a coleccionar estas
observaciones sino tambien a aprender el contenido (excluyendo historia de la
musica).
PS2 – Mil disculpas por la
ortografia. Mi ordenador no tiene configurado el idioma espanol y este es el
resultado de la batalla campal para mantener las palabras lo mas parecidas a
las reales con un teclado que no ayuda y un corrector ortografico que no
colabora.