1/1/11

Y me dieron las uvas

Las uvas ya no son lo que eran. No solo porque ahora se utilicen hasta los relojes Swatch auto recargables para dar las campanadas por televisión sino porque alguien decidió que en nuestro camino al progreso debíamos aplicar metodologías Six Sigma y procesos perfectos que han terminado con los mayores placeres del cambio de año.
Porque, ¿quién no echa de menos liarse con el carillón, empezar a comer las uvas con los cuartos, tomarse un descanso en la tercera campanada para recuperar el ritmo y acabar protagonizando un momento hámster muerto de risa incluidas palmaditas en la espalda para evitar muerte súbita por atragantamiento?
Pero no, ahora las presentadoras versión secretaria cachonda te explican el procedimiento como si te faltasen dos aclarados y un centrifugado y MasterCard paga el equivalente para sacar a África del hambre para que su logotipo te indique cuando comerte las uvas por si aparte de los aclarados y centrifugados te falta media hora de horno. Y encima, ni siquiera me queda el consuelo me meter uvas gigantes en el plato de mi hermana porque ahora salen de una lata no solo almibaradas, sin piel ni pepitas sino raquíticas supongo que como parte de un acuerdo con el Ministerio de Sanidad que ya tiene bastante con el garrafón de Nochevieja como para atender disputas familiares enmascaradas con uvas asesinas.
Así que al año nuevo, aparte de salud, amor y cantidades ingentes de dinero le pido que me devuelvan las campanadas torpes de TVE1 en los ochenta, las uvas tamaño mandarina, el reloj de la puerta del sol, mi atragantamiento anual y si a 2011 le sobra talento, la Bruja Averías con la gran Alaska que aunque no tiene nada que ver con la navidad también la echo de menos.

Uvas 2011: Sara Carbonero, Pilar Rubio y Marta Fdez

No hay comentarios:

Publicar un comentario