29/3/11

Las calamidades de mi vida

La fama cuesta y la supervivencia mas. Sobre todo la del sistema nervioso que tiene que lidiar con un ejército de fuerzas cósmicas dispuestas a destrozarlo sin piedad. ¿A qué calamidades se enfrenta una mujer moderna? Yo he hecho mi propia lista:
v  Los Kleenex quieren jugar al escondite. Y por supuesto siempre es justo cuando acabas de terminarte un donuts con 2 toneladas de azúcar por encima, tienes la cremallera del bolso cerrada, los dedos declarados zona catastrófica y el forro del bolso rellenando el formulario para ser declarada como tal ante la inminente tragedia.
v  El revisor del tren decide hacer su trabajo y, por supuesto, te pilla con el esmalte de uñas fresco y el billete en paradero desconocido (que es lo que tienen los bolsos sin fondo, que sólo Mary Poppins sabe si lo que buscas sigue en este universo o en uno paralelo). Por la cara del revisor, la satisfacción de ver como mis uñas degeneran hasta que parece que me las ha roído un castor y se me ponen pelos de pelea de gatas del estrés no tiene precio.
v  Las medias sacan su lado competitivo y deciden superar al atrapa polvo (ojo, no polvos, polvo en singular, sin connotación erótico-festiva ni éxito-sexual). Y yo, por supuesto, pongo mi granito de arena: desde que tengo moqueta all over, mi ritual de belleza mañanero incluye ponerme mis calcetines de ski sobre las medias. Resultado: 30 segundo makeover en la oficina para dejar de parecer la mujer Barbuda gracias al legado de mis calcetines.
Consecuencias de las calamidades diarias

v  El mundo gira y gira pero tu brújula interior es estática, no entiende de polos (la explicación de los polos opuestos la he dejado para las medias naranjas en caso de que algún día puedan producir energía magnética) y tu no entiendes de direcciones. Así que el tiempo entre aparcar a la puerta y llegar al restaurant es aproximadamente 10 minutos que incluyen: estirar las piernas calle arriba, darte cuenta de que te has perdido e ir calle abajo, quedarte pegada a un escaparate y llamar a alguien para que te recoja a una distancia de 2.5 metros de la entrada porque no te puedes orientar.
v  El ordenador tiene sueño y se va a dormir en ese preciso momento en el que tu pierdes tres horas de trabajo. Según el se le ha acabado la batería, según tu, se tiene que poner la pilas. Y según tu amigo gurú de la informática, probablemente a la batería no les gusta el café y al teclado no le gustan las tostadas. Con el cariño que tú estabas dejando caer parte de tu desayuno para que tuviese energía. Excusas...
¿Y tú? ¿Cuáles son tus calamidades?

5 comentarios:

  1. MI CALAMIDAD ES COMPARTIDA POR EL RESTO DE LA HUMANIDAD: QUE LA FACTURA DE LA LUZ SUBA HASTA LA ESTRATOSFERA SIN QUE NADIE PUEDA HACER NADA PARA EVITARLO. BANDIDOS!!!!

    http://humordemoda.blogspot.com/2011/03/29-de-marzo-de-2011.html

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  2. Hola Lara, guapa muy buena crónica realizada es que eres mi escritora faborita, te prometo que si sacas un libro sería la primera en ir para que me lo firmes.
    Decirte que a mí también me ha pasado lo del ordenador y ahora me río por no llorar je je, cuando uno tiene una presentación importante delante de banqueros y pasa esto es horrible.
    Un besazo y deseando que llegue el jueves.

    http://mary1975.elleblogs.es/

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  3. jaja, no dejas de sorprenderme!! mi calamidad es poder llegar a fin de mes ahora qeu me he independizado y acostumbrarme a ello!! que ya no puedo gastar tanto!! ayyyyyyyyyy

    Besis!!

    www.mimundodecolores.blogs.elle.es

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  4. Ja,ja!! Lo del ordenador nos pasa a todas!!
    Un besito,
    María

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  5. Parece que la calamidad que gana es el ordenador. Aunque definitivamente lo que mas calamidades atrae es independizarse.

    Un beso a todas y gracias por vuestros comentarios!

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