2/7/13

Donde estan las llaves, matarilerilerile


Según muchisisimas páginas web en Internet que no puedo recordar porque yo también padezco el síndrome de la era de la información, que produce memoria de pez como respuesta al bombardeo de datos constante (spam  y no spam), hoy en día recibimos tropecientas veces más información que un día en la vida de nuestros abuelos. Qué bien vivían nuestros abuelos y que poco se olvidaban las llaves.

Y es que yo culpo a la sobrecarga de información de los acontecimientos de la semana pasada. Nos ponemos en situación: una personita  con muy pocas horas de sueño (y eso que el gatito Jones es un bebe autolimpiable y autalimentable que si se pone tonto por la noche duerme en el baño), se levanta, se arregla y, después de tirar el serum del pelo, volcar la taza del cola cao y añadir a la lista un par de desgracias menores más que solo podían ser el presagio de lo que estaba por venir, se dirige a la puerta. Llevo bolso? Voy yo? Voy vestida? Llevo zapatos? Llevo móvil? Llaves del coche? Tic, tic, tic… Lo llevo todo! Cierro la puerta y… Ay, las llaves de casa!!!! Y ahí estábamos, mi geranio y yo a la puerta de casa con las llaves del coche, el bolso, el portátil, el móvil y un total de cero formas de volver a entrar en casa. 7 de la mañana para más inri… Nada puede ir bien en un día en el que a las 7 de la mañana ya te has dejado las llaves…

Gracias a Dios, a quien madruga Dios le ayuda, fundamentalmente en forma de llegar antes a los sitios: te levantas antes, te arreglas antes y te dejas las llaves antes, también puedes ir a casa de tus amigos a por tu copia de las llaves antes  de que ellos se hayan quitado las legañas. Así que en 15 minutos asunto resuelto: mis llaves y yo estábamos juntas de nuevo cantando como Paloma San Basilio ‘Juntas, café para dos…’.

El caso es que fue entonces cuando mis amigos empezaron a cuestionarme: cómo es que te has dejado las llaves? A ver, a ver, pongamos un poco de orden. Dejarse las llaves es muy muy fácil. Lo difícil es acordarse todos los días de cogerlas. Y también empezaron las soluciones: mételas en el bolso y así nunca te las olvidas. Ya, y tampoco cierro la puerta con llave, que igual tampoco es tan malo porque teniendo que mi tele vale 100 libras, mi teléfono es una BlackBerry y mi posesión más cara es un gato obsesionado con correr detrás de pelotas con cascabeles, igual a los ladrones potenciales les doy penita y me limpian la casa o me regalan un móvil decente que total, stock tienen de sobra. Y la mejor de todas: anda que lo que no te pase a ti… hombre, a mi pasarme me pasan muchas cosas, la mayoría impensables para los mortales. Ahora que dejarse las llaves es la mitad del negocio de los cerrajeros, así que intuyo que lo que no fue normal es que se me cayesen las llaves del coche por una alcantarilla (para eso se necesitan habilidades especiales) y lo que tampoco sería normal sería salir en bragas de casa con las llaves en la mano. Como tampoco fue normal cuando mis padres se asomaron a la ventana del descansillo y se les cerró la puerta detrás dejando al gatito Jones a cargo de las lentejas en el fuego… Y es que la sociedad de la información ha creado muchas anormalidades (gatos cocineros, tele sexo, clases de yoga en la alfombra, xBox, Quien quiere casarse con mi hijo…). Que una de ellas sea que yo me deje las llaves es cuestionable.

Como punto positivo, me he acordado todos los dias desde el suceso de coger las llaves (como me acorde durante los 32 años anteriores… A la vejez viruelas…).

Lara Jones

1 comentario:

  1. Creo que todo el mundo se ha dejado al menos una vez en la vida las llaves en casa, o directamente las ha perdido, que es mucho peor.

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